
.La unión de eólica marina que se ha cristalizado en los puertos de los litorales atlántico y cantábrico no tiene precedentes en la historia reciente. Todas las asociaciones de cofradías de pescadores, desde la las Rías Baixas hasta Euskal Herria, han apartado sus diferencias y ahora están bajo un paraguas común: el de defender los caladeros de pesca donde faenan sus flotas
Ni siquiera el Prestige fue tan transversal en el sector. Esta potencial amenaza que sobrevuela la forma en la que se ganan la vida miles de familias tampoco tiene muchos precedentes. El Gobierno del Estado español ha proyectado ocho polígonos eólicos en esa demarcación, la noratlántica, con 2.688,61 kilómetros cuadrados, una tercera parte de la superficie de la Comunidad de Madrid.
Planes de Ordenación de eólica marina
Los datos están en los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM) que acaba de publicar el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco). Galicia y Asturias aglutinan más de la mitad del total de 4.948 kilómetros cuadrados reservados en todo el Estado.
En las otras cuatro demarcaciones, el reparto es desigual. La del Estrecho y Alborán se han reservado 1.222,61 kilómetros cuadrados; en la de las Islas Canarias 561,87; y en la levantino-balear 474,99. En cambio, en la sudatlántica, los técnicos de Transición Ecológica no han constatado ninguna superficie provechosa.
La movilización que se está gestando en Galicia y Asturias es más significativa por una razón fundamental: la influencia en sus economías, especialmente, en la gallega. Según los datos del Instituto Galego de Estatística, la pesca aporta a su economía 1.040 millones de euros. Esto se traduce en algo más de 30.911 puestos de trabajo directos en el sector pesquero. Y aunque las cifras son significativas sin desagregar —suponen casi el 2% del producto interior bruto gallego— hay comarcas muy pobladas en las que su economía se sustenta, principalmente, en el mar.
Las flotas de Galicia y Asturias: un choque frontal con el Miteco
En O Barbanza el sector supone el 26% del PIB comarcal y, en Ribeira, el producto interior bruto depende del mar en un 32,2%. Y hay muchas más zonas en Galicia con datos similares. Por eso, pescadores y pescadoras crearon en 2019 la Plataforma en Defensa de la Pesca y de los Ecosistemas Marinos. El colectivo que aglutina a todas las cofradías del norte de la Península está estudiando la impugnación del Plan de Ordenación del Espacio Marítimo.
Piden su retirada y su portavoz, Torcuato Teixeira, insta a dimitir a la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, por “las consecuencias que el plan puede tener en el sector”.
“El Ministerio ha declarado una guerra al sector pesquero y a los ecosistemas marinos, a toda la sociedad y a los intereses generales”, denuncia Teixeira. “No nos valen armisticios en base a futuras compensaciones”, añade. Las compensaciones las puso sobre la mesa la propia vicepresidenta Ribera, pero a ojos del colectivo “contradicen los argumentos de la escasa afección”.
La intersección con el ecologismo y las sociedades científicas
Aunque las diferencias entre los grupos ecologistas, el sector pesquero y las sociedades científicas son abiertamente manifiestas en Galicia y en Asturias, han encontrado denominadores comunes en sus reclamaciones. También con el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Y en esta ocasión están organizados para remar juntos.
Ese es el primer punto clave en el que confluyen todas las voces. “Ahora bien, estos planes adolecen de cierta ambigüedad que pone en riesgo la conservación de los ecosistemas marinos. Con el fin del desarrollo eólico marino no puede ponerse en jaque la diversidad biológica”, ahonda López.
– Fuente: ”El Salto”
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2023