
Barásoain, en Navarra, es un ejemplo del potente tejido de la industria renovable en España. El municipio, de 620 habitantes, cuenta con una planta de ensamblaje de aerogeneradores desde 2003, con una producción actual de 3 megavatios y 611 empleados. Un parque eólico experimental puesto en marcha en 2013, con cinco turbinas donde prueban componentes existentes y nuevos para mejorar los modelos que salgan al mercado. También, una planta híbrida de almacenamiento eólico con baterías, en funcionamiento desde 2017 y la primera conectada a la red en nuestro país, todas propiedad de Acciona.
Esta tecnología limpia genera 300 megavatios en esta localidad ganadora en junio pasado del Premio Eolo de Integración Rural de la Eólica 2019. Un premio que otorga cada año la Asociación Empresarial Eólica (AEE) por el Día Mundial del Viento.
El dinamismo de esta industria renovable se apagó en los años de crisis, dedicándose básicamente a las exportaciones para sobrevivir al parón local. Sin embargo, ahora volverán a estar a toda potencia para cumplir con los objetivos climáticos fijados por el Gobierno a 2030 y que buscan una cuota de energía limpia del 42% en el consumo final.
Aporte económico de la industria renovable
La contribución de la energía eólica a la economía española fue de 3.394,7 millones de euros en 2017, el 0,31% del PIB. Son datos del último informe de la AEE, que contabiliza 22.500 empleos especializados en sus más de 200 centros en 16 de las 17 comunidades autónomas. También, por su alta calidad y competitividad, España se sitúa entre los líderes. Es el tercer exportador en el mundo entre los países con más ingresos netos por ventas de esta tecnología y el octavo en cuanto a empleo..
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La previsión es que estas cifras y el aporte económico vayan a más en los próximos años. La fabricación van a estar al 100% de capacidad, entre exportaciones y actividad nacional.
País Vasco y Navarra son las zonas donde habrá un mayor repunte. Esto se debe a que en ellas está concentrada la mayoría de la industria renovable y, por lo tanto, las fábricas del sector eólico. Las empresas ofrecen desde mantenimiento, producción de generadores, palas, motores, multiplicadores, rodamientos, componentes eléctricos, sistemas de control, torres hasta ensamblaje y logística.
Vestas
Es el caso de la danesa Vestas, que ha elevado la elaboración de palas en su planta de Daimiel (Ciudad Real). Desde marzo pasado aquí se fabrica el modelo V150, una de las más largas del mundo (73 metros, 12 más que el modelo anterior, la V126). Una nueva línea de negocio que supuso una inversión de 50 millones debido a la ampliación de las instalaciones y la incorporación de alrededor de 200 trabajadores.
Es una actividad intensiva en mano de obra, ya que por su tamaño es un trabajo muy manual y necesita un nivel de precisión muy alto. Además, es la nueva suministradora global de segmentos de los modelos V136 y V150. Esto ha supuesto una inversión adicional de 25 millones y la contratación de otras 40 personas.
Nordex
Nordex se fusionó con Acciona Windpower en 2015. En lo que va de 2019 han generado 200 empleos y tienen previsto realizar otras 270 contrataciones antes de final de año. De estos, 140 fabrican nacelles, un elemento que está situado en la parte superior de la torre y sobre el que giran las palas. Además, introducirá una nueva generación de turbinas, la Delta 4000, que incrementa de forma significativa la potencia instalada por máquina.
Energía fotovoltáica
El buen tiempo llega también a la industria renovable fotovoltaica. José Donoso, director general de la Unef, augura que la fabricación de componentes fotovoltaicos crecerá de forma importante por el aumento de las instalaciones de autoconsumo y la construcción de grandes industrias renovables en todas las comunidades autónomas.
Ingeteam
Ingeteam es un ejemplo. La compañía ha suministrado 2 gigavatios en inversores en la primera mitad del año, lo que equivale al consumo de 400.000 familias. La firma acumula 14,5 gigavatios de potencia para plantas solares en el mundo, lo que equivale al consumo de tres millones de hogares.
Según el director general de Unef, en España contamos con las primeras dos empresas de producción global de inversores y la tercera de seguidores. Este sector trabaja en un plan estratégico para su industrialización y así garantizar su desarrollo, optimización y el cumplimiento de las metas energéticas. Piensa que los objetivos de la fotovoltaica incluidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima supone un desarrollo constante del sector de cara a la próxima década.
Fuente: El País
JUL
2019