La energía osmótica o azul surge de aprovechar la diferencia de salinidad entre el agua de los ríos y la del mar
Los avances en la ciencia de los materiales han dado una segunda oportunidad a la energía osmótica o azul, una técnica descubierta hace cincuenta años y que no se había desarrollado hasta ahora por su alto coste y requerimientos tecnológicos. El proceso es básicamente sencillo y se fundamenta en filtrar el encuentro de agua de mar con la de río mediante una membrana semipermeable que va del líquido con mayor concentración salina al de menor e impide la entrada de sedimentos o partículas que puedan encallar el circuito. La presión osmótica generada se deriva a una turbina conectada a un generador para producir electricidad, sin intermitencias y sin la necesidad de almacenamiento inherente a otros procesos renovables, entre los que se encuentran el solar fotovoltaico o el eólico. Los nuevos avances apuntan hacia un sistema eficiente y competitivo y la clave está en reducir el tamaño de los orificios para que los iones atraviesen la membrana a escala atómica.
La energía azul nace de filtrar el encuentro de agua de mar con la de río.
Fuente:
La Opinión de La Coruña
ABR
2018