Las ayudas al sector energético disminuirán un 25%, debido al recorte a las ayudas destinadas a combustibles fósiles.
La Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA, por sus siglas en inglés), ha analizado la evolución esperada para las ayudas al sector energético hasta 2030 y 2050, con el objetivo de continuar el plan establecido para alcanzar los objetivos de París.
En primer lugar, la agencia estima que, de forma directa, las ayudas al sector energético alcanzaron los 634.000 millones de dólares al año en 2017; de los cuales, 447.000 millones fueron destinados al sector de los combustibles fósiles.
El analista energético en IRENA, Michael Taylor, informa de que los subsidios totales directos al sector de la energía disminuirán un 25% para 2050, debido principalmente a los recortes establecidos para apoyar esos combustibles fósiles. Por su parte, el resto de categorías de energía limpia aumentarán su participación y a medida que sus costes evolucionen, también lo harán sus subsidios requeridos.
Taylor analiza principalmente la generación de energía renovable, la eficiencia energética, los edificios, el calor renovable y los vehículos eléctricos. Dada la crisis actual, subraya que los gobiernos que ahora necesitan estimular sus economías deben dar prioridad al sector de la energía: «aunque no se entiende en los medios de comunicación convencionales, la transición de las energías limpias siempre se diseñó para reducir los costes a medio y largo plazo, tal como deberían hacer las iniciativas que incentiven la integración de renovables.»
Los gobiernos se han centrado en la gestión de la emergencia de salud pública y la protección de sus ciudadanos, ya que la pandemia del COVID19 ha producido un gran impacto en las sociedades y la economía de todo el mundo. Según Taylor, aunque el mundo, sin duda, va a necesitar manejar esta pandemia en los meses e incluso años venideros, llegará un punto en el que las restricciones a la economía serán más relajadas coincidiendo con la disminución de la alarma sanitaria. A partir de ahí, los gobiernos y los responsables políticos de todo el mundo pasarán a la siguiente fase: la recuperación y el crecimiento.
Por otro lado, la Perspectiva Global de Renovables recientemente publicada por IRENA, muestra un camino hacia un futuro energético sostenible que identifique una serie de oportunidades de inversión potenciales, consistentes con un estímulo verde.
Análisis de IRENA de las ayudas al sector energético
En un análisis realizado por IRENA sobre cómo podrían evolucionar las ayudas al sector energético hasta 2050 si el mundo se mantuviera en el buen camino para alcanzar el objetivo climático del Acuerdo de París de restringir el calentamiento global por debajo de los 2ºC, se ha estimado que los subsidios actuales de los combustibles fósiles se reducirían rápidamente para 2030; pero no se eliminarían completamente para el 2050.
Los resultados muestran cómo entre 2017 y 2030, las ayudas anuales totales del sector de la energía podrían disminuir de 634 mil millones de dólares a 466.000 millones de dólares al año; mientras que se incrementarían ligeramente hasta alcanzar los 475.000 millones de dólares en 2050. Por lo tanto, las subvenciones totales al sector de la energía en 2050 serían un 25 % inferiores a las de 2017.
Según los datos de IRENA, a medida que las energías renovables se vuelvan cada vez más competitivas, las ayudas para este tipo de energías disminuirán hasta los 53.000 millones de dólares en 2030 y se eliminarán prácticamente para 2050.
Previsiones para la Unión Europea
Respecto a la Unión Europea, las previsiones son similares a lo esperado a nivel mundial: existe la necesidad de apoyar la producción de energías renovables, que alcanzarán su punto máximo antes de 2030; al tiempo que disminuyen de forma continuada los costes de las tecnologías fotovoltaica y eólica.
En el sector del transporte, las visibles disminuciones en los costes de las baterías de los vehículos, junto con un sistema de generación de energía cada vez más dominado por las energías renovables, no requerirán los grandes subsidios que antes eran necesarios para reducir los costes. Sin embargo, las subvenciones aumentarán en los sectores de la construcción y la industria, en particular entre 2030 y 2050, ya que son los sectores más difíciles de descarbonizar.