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La energía eólica elude la crisis y clausura un 2020

La energía eólica elude la crisis y clausura un 2020 récord durante los siguientes cinco años. Esto dará lugar a una contribución importante para recuperar la economía tras los impactos que ha ocasionado la crisis del COVID’19. El aumento de cabida instalada crece un 53% interanual en el año de la dicha pandemia, estando encabezado por China.

En términos acumulados, España se encuentra en el quinto puesto de países que tienen capacidad eólica instalada, después de China, EE.UU., Alemania e India. No obstante, en cuanto a las regiones, es Asia-Pacífico quien lidera el ranking con casi toda la mitad de los molinos en funcionamiento. Se saca una gran distancia con Europa (30%) y América del Norte (18%). El GWEC Market Intelligence, presiente que la mayor parte del crecimiento de esta tecnología provenga del continente asiático, teniendo a China como líder.

2020 se le considera uno de los mejores años de la historia para la industria eólica mundial, ya que se añadieron 93GW de la cabida instalada, hasta lograr un total de 734GW.

El año del coronavirus también fue el de las energías verdes. En el caso de la energía eólica, las instalaciones en tierra fue la clave para el buen comportamiento registrado en 2020. Para las marítimas, fue el segundo más fructuoso en las nuevas turbinas instaladas. China, sin embargo, sumó más de la mitad de las añadiduras de parques eólicos en todo el mundo y, con EE.UU., también sumó más de las tres cuartas partes de la nueva capacidad instalada global.

Previsión de cara al 2024

Del año 2020 al año 2024 crecerá un 8,5% de la tasa anual el mercado mundial que acumula energía eólica. Además, instalará 348 GW de nueva capacidad, lo que hará elevarla en su totalidad casi 1.000 GW a finales de 2024. Esto constituye un 54% del total para las instalaciones de energía eólica que elude la crisis, en comparación con el 2019.

Los 743 GW dichos anteriormente, permiten evitar unas emisiones de 1,1 millones de toneladas de C02, el equivalente a lo que América del Sur emite cada año. Por lo tanto, el ritmo presente de crecimiento tendrá que desdoblarse a corto plazo para que así, el mundo obvie el pésimo escenario del cambio climático. Esto da lugar al aumento de la temperatura media global que colmaría los 2ºC, con relación a los niveles anteriores a la industrialización. Esto quiere decir que los 93 GW que fueron añadidos en un año récord tendrían que pasar a ser 180 GW en el 2025. El objetivo de ello es lograr alcanzar de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero en el año 2050, donde los volúmenes vigentes tendrían que tresdoblarse hasta los 280 GW anuales.

Esto es un gran reto para volver a duplicar sus inversiones en las redes eléctricas, excluyendo la burocracia y modificando el mercado energético para así, afianzar la internalización de los costes sociales de los combustibles fósiles.