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Algas marinas como nuevos combustibles

Una segunda vida a las algas marinas

Los últimos estudios sobre las algas marinas realizados por investigadores británicos, han servido para descubrir un método para cosechar algas marinas, y poder aprovechar su enorme potencial como biocombustibles y fertilizantes.

Esta acción se lleva a cabo con la finalidad de aprovechar la gran cantidad de algas que son arrastradas a las costas, debido principalmente al uso exagerado de fertilizantes que llegan al mar por las gestiones agrícolas, que provocan la destrucción de la industria del turismo y dañan la pesca y los ecosistemas oceánicos.

Esto ha llevado a un equipo de investigación, dirigido por la Universidad de Exeter y la Universidad de Bath, a desarrollar una forma económica y sencilla para preprocesar las algas marinas, para poder emplearlas posteriormente en la elaboración de productos químicos y biocombustibles a granel, protegiendo así las zonas turísticas.

Biocombustibles económicamente viables

El profesor Mike Allen, de la Universidad de Exeter y el Laboratorio Marino de Plymouth alegó que para que funcionara el proyecto, era imprescindible que hubiera un sentido financiero. De este modo, comentó que: “Procesar la biomasa marina como las algas generalmente requiere eliminarla del agua salada, lavarla en agua dulce y secarla. Los costos de estos procesos pueden ser prohibitivamente altos«.

Además, relacionado con ello, aclaró que: “Necesitábamos encontrar un proceso que se pagara y se sustentara, algo viable desde el punto de vista económico y ambiental. Este trabajo proporciona un paso crucial que falta hacia una verdadera biorrefinería marina a base de sal al establecer el paso de fraccionamiento inicial».

El equipo diseñó un proceso a través del cual, a partir de catalizadores ácidos y básicos,  se liberan los azúcares que posteriormente, serán empleados para alimentar una levadura que produce un sustituto del aceite de palma.

Este método también es empleado para preparar las algas residuales para la siguiente etapa de procesamiento, llamada licuefacción hidrotermal. En ella, se somete el material orgánico a altas temperaturas y presiones, convirtiendo las algas marinas en bio-aceite que puede procesarse aún más en combustibles y en fertilizantes de alta calidad a un coste reducido.

El profesor Christopher Chuck, director del Centro de Investigación Integrada de Bioprocesamiento de la Universidad de Bath y líder del proyecto, dijo: “La variedad de productos creados por este proceso es una gran fortaleza. La industria petrolera crea una variedad de productos que incluyen combustible líquido, plásticos y fertilizantes, y podemos beneficiarnos de una flexibilidad similar».  

«Simplemente podemos alterar las condiciones del proceso para producir cantidades mayores o menores de subproductos específicos, lo que nos permite satisfacer la demanda variable». 

Aprovechamiento del plástico

En este proyecto, no sólo se va a dar una segunda vida a las algas; si no que además, todo el plástico que se recolecte con ellas, será procesado conjuntamente.

Por otro lado, en el estudio colaboraron los hijos del profesor Allen, Rosie (12) y Archie (9), ayudando a recolectar muestras de algas marinas para diversas pruebas en la costa de Devon. Además, el profesor Allen comentó que: «Fue Rosie quien desencadenó toda una serie de investigaciones después de la extracción minuciosa de la basura plástica de las muestras de algas marinas de los niños al preguntar: ‘Papá, ¿no puedes convertir los plásticos junto con las algas?'».